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Figueroa busca asegurar el fin de una era

Política Redacción Redacción
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La situación política en Neuquén se encuentra en un punto de inflexión, marcado por la crisis de la vieja política y la necesidad de cambios. Rolando Figueroa, el gobernador electo, ha dejado en claro su intención de poner fin a una era caracterizada por acuerdos de cúpulas y decisiones a espaldas de los electores en beneficio del mantenimiento del poder.

El partido gobernante, el Movimiento Popular Neuquino (MPN), ha utilizado estas prácticas durante mucho tiempo, obteniendo resultados favorables hasta abril, cuando se produjo un cambio histórico. Figueroa, con conocimiento detallado del manual no escrito de la política neuquina, ha desmantelado los escenarios ficticios y ha revelado las debilidades de las llamadas ingenierías electorales.

Se comenta sobre un acuerdo que se ha mencionado pero pocos se atreven a reconocer abiertamente, el cual involucra a la cúpula del MPN y al exjefe comunal de Cutral Co, Ramón Rioseco. Según se dice, este acuerdo implicaba que Rioseco, quien en ese momento era candidato a gobernador, debía asegurarse de que los seguidores y dirigentes peronistas no abandonaran el partido de Figueroa, pero debía hacerlo de manera discreta. A cambio, el MPN no brindaría un gran respaldo a su candidato a intendente en Cutral Co, permitiendo así que Ramón regresara a la Intendencia, actualmente ocupada por su hermano, José.

Sin embargo, en abril ocurrió un cambio significativo. Figueroa, con pleno conocimiento del manual no escrito, dejó en claro su determinación de poner fin a esta era y anunció su intención de recuperar la Intendencia. Logró que Omar Pérez, quien iba a ser el candidato del MPN, se alineara con Rubén García, candidato de su propio partido, Comunidad. Además, estableció una alianza estratégica con el MPN azul y blanco, liderado por los petroleros Guillermo Pereyra y Marcelo Rucci, quienes hasta abril habían sido socios políticos de los azules.

Las elecciones en Cutral Co se llevarán a cabo el 23 de julio, al igual que en Plaza Huincul, ciudad con la cual comparte la conducción del Ente Autárquico Intermunicipal (ENIM) que administra el yacimiento de gas El Mangrullo. Ambas ciudades son ricas, aunque la transparencia y divulgación de los números no es su fuerte. Se estima que este año el ENIM dispondrá de 10.230 millones de pesos, pero no se sabe cómo se distribuirán durante la campaña electoral.

Si Figueroa gana o tiene un buen desempeño en ambas ciudades, especialmente en Cutral Co, llegará a su toma de posesión el 10 de diciembre con un capital político aún mayor y pondrá fin, o al menos tambaleará, otro reinado hegemónico en la geografía neuquina: el de los Rioseco.

Figueroa también busca dejar atrás la práctica de respaldar financieramente, publicitariamente y territorialmente a candidatos que supuestamente deberían restar oportunidades a sus rivales directos.

Se dice también que Figueroa tiene la intención de impulsar cambios en CALF, la cooperativa de Neuquén que ha estado envuelta en disputas internas del MPN y otros partidos. El actual líder de CALF, Darío Lucca, ha tenido un papel destacado en la campaña de otro candidato político. Sin embargo, Lucca perdió el respaldo de Figueroa en un momento crucial. Esto ha generado especulaciones sobre posibles cambios en el Consejo de Administración de CALF y nuevas alineaciones políticas de cara a las próximas elecciones.

En resumen, Figueroa está liderando una transición hacia una nueva era política en la provincia de Neuquén.

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