
Rumores de cambios en la Región del Pehuén: reacomodamientos y señales internas en el esquema de regionalización
En las últimas horas comenzaron a circular fuertes versiones sobre un posible cambio en la conducción de la Región del Pehuén, una de las siete regiones en las que el gobierno de Neuquén reorganizó el territorio al inicio de la gestión de Rolando Figueroa.
Por ahora no hay confirmación oficial, pero los trascendidos se reiteran en distintos despachos, oficinas y mesas políticas, lo que le otorga volumen a la hipótesis.
Según estas versiones, Mario Bruce, actual delegado regional del Pehuén —cargo que ocupa desde 2024— podría dejar su función, y en su lugar asumiría de manera transitoria Rubén “Ojito” García, hoy delegado de la Región de la Comarca Petrolera. El eventual movimiento formaría parte de una reconfiguración interna aún no formalizada por el Ejecutivo provincial.
Regionalización: un esquema en movimiento permanente
El esquema de regionalización neuquino divide la provincia en siete regiones: Vaca Muerta, Alto Neuquén, Confluencia, Limay, Lagos del Sur, Pehuén y Comarca Petrolera, cada una con un delegado encargado de articular políticas públicas y representar al gobierno provincial en el territorio.
Desde el inicio de la actual gestión, las conducciones regionales no se consolidaron como estructuras estáticas, sino como espacios sujetos a ajustes permanentes, atravesados por necesidades de gestión, lecturas políticas y reequilibrios internos.
Un antecedente reciente y significativo fue el de la Región del Alto Neuquén, donde Gustavo Coatz, destacado públicamente por el propio gobernador como “el mejor delegado regional”, fue promovido a la Secretaría del Interior. En su reemplazo asumió Néstor Fuentes, quien integraba el directorio de Vialidad Provincial por la Región Norte.
Otro movimiento relevante ocurrió en la Región de la Confluencia, que pasó de estar inicialmente a cargo de Julieta Corroza a manos de Jorge Jamut, consolidando una nueva etapa en una de las zonas políticamente más sensibles del mapa neuquino.
El Pehuén y la lectura política del posible recambio
En ese contexto, el eventual recambio en la Región del Pehuén no aparece como un hecho aislado, sino como parte de una lógica de ajustes que combina gestión, territorialidad e internas políticas.
Precisamente, la gestión no fue la principal fortaleza de Mario Bruce, cuyo desempeño estuvo signado por un perfil bajo y una limitada gravitación política, particularmente opacada en el centro regional por la figura del intendente de Zapala, Carlos Koopmann, quien concentró la centralidad territorial y la interlocución política.
Bruce no logró consolidar un rol propio ni capitalizar la función estratégica que implica una delegación regional dentro del esquema impulsado por Figueroa.
Una situación que no resulta excepcional dentro del actual gobierno y que encuentra paralelos en otros ámbitos de la administración provincial, como el Distrito Regional III, de Zapala, donde la figura de Fabián Parra también aparece prácticamente invisibilizada en términos de conducción y referencia territorial. Esa falta de presencia se explica por una combinación de decisiones personales, debilidades políticas y carencias administrativas, agravadas por internas persistentes vinculadas a la disputa por cargos y poder real.
No pasó inadvertido que, tras el nombramiento de Parra, funcionarios que dejaron el sector expresaron su malestar de manera indirecta, apelando incluso a referencias culturales cargadas de sentido político. En una publicación difundida en ese contexto, citaron una histórica línea del tango Cambalache —“lo mismo un burro que un gran profesor”— como forma de cuestionar los criterios utilizados para la designación, aludiendo a la ausencia de antecedentes técnicos, formación específica o pergaminos administrativos del funcionario designado, quien se desempeñaba previamente como auxiliar de servicios en el ámbito educativo.
Más allá de la anécdota, el episodio dejó expuesta una discusión de fondo: la tensión entre territorialidad, idoneidad y construcción política en áreas sensibles del Estado, donde los cargos requieren algo más que pertenencia o confianza coyuntural para sostener legitimidad y gestión.
En ese marco, los cambios parecen responder menos a sorpresas y más a correcciones tardías de roles que nunca terminaron de afirmarse.
Los nombres que suenan
Rubén “Ojito” García, mencionado como posible reemplazante, asumió en abril de 2024 como delegado de la Región de la Comarca Petrolera y previamente se desempeñó como secretario de Juventud y Deportes del Gobierno provincial. Su eventual desembarco en el Pehuén implicaría un movimiento transversal entre regiones con perfiles, demandas y lógicas políticas muy distintas.
En paralelo, otra versión indica que Mario Bruce podría recalar en el directorio de Vialidad Provincial, un organismo clave en una gestión que puso fuerte énfasis en obra pública, conectividad y mantenimiento vial. Sin embargo, ninguna de estas hipótesis fue confirmada oficialmente.
Silencio oficial, pero confirmaciones en off
Aunque no hubo anuncios formales, un funcionario del gobierno provincial reconoció en off que el cambio ya estaría en marcha y que podría oficializarse en las próximas semanas.
Mientras tanto, el hermetismo oficial convive con una señal clara: el esquema de regionalización sigue siendo un tablero dinámico, donde los cargos no son definitivos y los movimientos responden tanto a necesidades de gestión como a equilibrios políticos internos que aún se están reordenando.
Por lo pronto, en muchas localidades del interior el Estado aparece encarnado en funcionarios de bajo perfil político y escasa capacidad de conducción, delegados que existen más en Instagram que en la calle, funcionarios de tercera y cuarta línea desconectados del pulso social, invisibles en el territorio pero activos en la construcción de una imagen digital que no logra compensar la ausencia de gestión real.






