Mounjaro ya está en Argentina: la droga que compite con la cirugía bariátrica sin pasar por quirófano
Nacionales
Redacción
Por Infogo Diario | 9 de diciembre de 2025
La Argentina oficializó este martes la llegada de la tirzepatida, el primer fármaco inyectable de acción dual para el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2. El medicamento —comercializado como Mounjaro— replica simultáneamente la actividad de dos hormonas clave del metabolismo humano: GIP y GLP-1, un avance que lo posiciona por encima de las terapias previas basadas únicamente en agonistas GLP-1.
La presentación local estuvo a cargo del laboratorio Adium, que distribuye el producto bajo acuerdo con Eli Lilly, compañía que desde 2021 no opera directamente en el país. La tirzepatida ya despierta fuertes expectativas en la comunidad médica: en estudios clínicos logró reducciones de peso de hasta el 26% en 72 semanas, niveles comparables a los obtenidos con cirugías bariátricas, pero sin intervención quirúrgica.
Un mecanismo dual que cambia el mapa terapéutico
A diferencia de los inyectables tradicionales, la nueva droga activa dos receptores metabólicos.
• GLP-1, hormona intestinal que aumenta la saciedad, desacelera el vaciamiento gástrico y potencia la secreción de insulina.
• GIP, hormona que regula el metabolismo del tejido adiposo y la eficiencia energética.
La combinación genera un efecto sinérgico que incrementa la pérdida de peso y mejora marcadores metabólicos y cardiovasculares. “El GLP-1 modula el apetito y la saciedad; el GIP actúa sobre el tejido adiposo. La pérdida de peso se da principalmente a expensas de masa grasa”, explicó Mónica Katz, coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Indicaciones, dosis y disponibilidad
El medicamento está indicado, bajo prescripción médica estricta, para:
Diabetes tipo 2 insuficientemente controlada.
Obesidad (IMC ≥30).
Sobrepeso (IMC ≥27) con comorbilidades como hipertensión, dislipemia, enfermedad cardíaca, apnea del sueño o prediabetes.
Se administra una vez por semana mediante una lapicera prellenada multidosis (KwikPen) y requiere refrigeración entre 2°C y 8°C. Las dosis disponibles este año serán 2,5 mg y 5 mg, mientras que las escalas superiores —hasta 15 mg, la máxima— llegarán en 2026.
Los efectos adversos más frecuentes son náuseas, vómitos y diarrea, síntomas que tienden a disminuir con el uso continuo. El tratamiento puede iniciarse desde los 18 años.
Un desafío de largo plazo: sostener el peso perdido
Uno de los puntos críticos en el abordaje de la obesidad es la recuperación de peso. Katz subrayó que existen evidencias que muestran que, aun al suspender el fármaco, los pacientes conservan cerca del 60% del descenso alcanzado.
“No todos responden igual, pero el 94% muestra alguna respuesta con las diversas dosis”, afirmó.
Impacto cardiovascular y redefinición del riesgo
El cardiólogo Jorge Tartaglione, expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina, destacó que la obesidad “ya no es una condición secundaria: es un factor de riesgo cardiovascular por sí mismo”.
Señaló mejoras objetivas en:
perímetro de cintura,
hígado graso,
presión arterial,
insuficiencia cardíaca.
“GIP y GLP-1 ‘conversan’ con el páncreas y le enseñan a administrar energía. Esa es la potencia del mecanismo dual”, describió.
El testimonio argentino del ensayo clínico
Una participación destacada en la presentación fue la de la médica intensivista Shiry Attie (CEMIC), quien integró el ensayo clínico en Argentina. Relató que llegó a pesar casi 100 kilos y, durante 18 meses, perdió más de 30 gracias a la tirzepatida.
“Mi vida profesional en pandemia fue devastadora. La comida era un pensamiento constante. Con estas inyecciones cambió todo: salud física, mental y relación con la comida”, expresó.
Obesidad: una epidemia que erosiona el PBI
En Argentina, 6 de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad. Entre niños y adolescentes de 5 a 17 años, la proporción asciende a 4 de cada 10. Según Katz, el costo asociado al tratamiento de la obesidad y sus complicaciones supera el 2,5% del PBI, una cifra que presiona a gobiernos, obras sociales y prepagas.
Competencia, precios y tensión en el mercado local
La llegada de tirzepatida ocurre en medio de una fuerte competencia entre laboratorios.
Wegovy (semaglutida, Novo Nordisk): $717.827,21 mensuales.
Obetide (Elea): $234.935,50.
Mounjaro 5 mg (Adium): $783.858,40.
La diferencia de precios refleja no solo el origen del producto sino también la disputa por segmentar el mercado entre tratamientos para diabetes y para obesidad.
Adium adelantó que contará con un programa de beneficios de hasta 30%, y que los prestadores de salud evalúan cubrir el medicamento en pacientes de mayor riesgo, incluso como alternativa a cirugías bariátricas.
La OMS advierte: uso racional y riesgo de desigualdad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso de estos fármacos solo en adultos con IMC mayor a 30 y bajo un plan integral de alimentación y actividad física. Alertó que:
Solo un 10% de la población mundial con obesidad podría acceder a estas terapias.
Su alto costo podría agravar desigualdades sanitarias.
Avanza la autoprescripción entre personas sin obesidad ni diabetes, fenómeno impulsado por redes sociales y celebridades.
Un artículo reciente en Obesity habló de una “medicalización de la delgadez” que se expande más rápido que la evidencia científica y que requiere miradas interdisciplinarias sobre género, clase, etnia y salud mental.





