
Lando Norris se coronó este domingo campeón mundial de Fórmula 1 por primera vez, al finalizar tercero en una carrera decisiva que tuvo como ganador al neerlandés Max Verstappen (Red Bull). El resultado fue suficiente para que el piloto de McLaren sellara una temporada extraordinaria y lograra el título que había buscado desde su debut en la categoría.
El británico consolidó su consagración con una actuación calculada y consistente, administrando el ritmo y evitando riesgos innecesarios, en un Gran Premio marcado por una intensa pelea estratégica entre las principales escuderías.
Con este campeonato, Norris rompe definitivamente con la etiqueta de “promesa” y se instala en la elite de los campeones modernos de la F1, confirmando el salto competitivo que McLaren mostró a lo largo del calendario.
Verstappen, por su parte, volvió a exhibir el poderío habitual de Red Bull, pero aun con la victoria no logró impedir que el británico asegurara la diferencia necesaria en el campeonato mundial.
La consagración de Norris representa además un punto de inflexión para McLaren, que vuelve a gritar campeón después de un período de reconstrucción técnica y deportiva. El título llega en el marco de una de las temporadas más disputadas de los últimos años, con luchas cerradas, evolución de varios equipos y un calendario exigente que llevó la definición hasta las últimas fechas.






