
En una definición política que reconfigura el mapa opositor de cara a 2027, el exsenador nacional Esteban Bullrich anunció su intención de presentarse como candidato a presidente. Lo hizo en una entrevista televisiva en la que vinculó su decisión con un objetivo que —dijo— atraviesa su vida pública y personal: promover la unidad nacional y dejar un legado que trascienda a las próximas generaciones.
Bullrich, quien dejó su banca en el Senado tras ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), sostuvo que renunció “a los honores, pero no a la lucha”. Y remarcó que su determinación está sujeta al aval de su esposa, María Eugenia Sequeiros, y de sus hijos: “Ellos tienen la última palabra, pero yo me quiero presentar”.
Una eventual campaña desde otra dimensión: “Mi alma hablándole al alma de los argentinos”
Debido a la enfermedad, Bullrich se comunica únicamente a través de sus ojos mediante un dispositivo tecnológico. Esa condición, señaló, marcaría inevitablemente el tono de una eventual campaña electoral.
“Los ojos son la puerta del alma, y mi campaña sería mi alma hablándole al alma de los argentinos”, afirmó. Para el exsenador, su candidatura responde a una convicción profunda: “Cuando uno siente que encontró su misión, no le puede escapar”.
Una visión de liderazgo basada en espiritualidad, diálogo y reconciliación
Bullrich adelantó fragmentos de su próximo libro, Liderazgo espiritual, donde plantea que el país necesita un tipo de conducción opuesta al tradicional personalismo de la política argentina.
“La Argentina no necesita héroes de bronce ni iluminados que prometan salvaciones instantáneas. Necesita almas grandes, personas humildes, con diálogo, verdad, compasión y vocación de servicio”, sostuvo.
Propuso, además, una agenda política orientada a sanar heridas históricas y reconstruir confianza:
“Nuestras heridas no se cierran con discursos ni decretos, sino con corazones que perdonan y líderes que sirven”.
Diagnóstico social: desigualdades estructurales y un país fragmentado
Durante la entrevista, y a partir de reflexiones incluidas en otro de sus libros, Una Nueva Buenos Aires, Bullrich trazó un panorama crítico sobre la realidad social y territorial de la provincia más poblada del país.
Señaló la existencia de un “territorio partido en dos”:
Un Conurbano marcado por la pobreza estructural, la inseguridad como experiencia diaria y escuelas y hospitales que sostienen derechos básicos con recursos mínimos.
Un interior bonaerense atravesado por la pérdida de oportunidades y por un sentimiento de abandono silencioso.
“Bastaba cruzar una ruta para pasar de un barrio con servicios completos a otro sin agua ni transporte. Esa desigualdad no es solo económica: es existencial”, apuntó.
Una candidatura que instala un nuevo actor en 2027
Con esta definición, Bullrich se convierte en uno de los primeros dirigentes en manifestar abiertamente su intención de competir por la Presidencia dentro del arco opositor, en un escenario donde aún no aparecen otros nombres consolidados para enfrentar a Javier Milei, quien ya anticipó que buscará la reelección.
Bullrich busca instalar un discurso que combina liderazgo moral, reconciliación y desarrollo humano como base de un proyecto político alternativo. Su anuncio, lejos de la estridencia, abre un capítulo novedoso en la carrera hacia 2027.






