Llancafilo culminó su mandato con un mensaje íntimo y abre un capítulo político que todos miran

El diputado nacional del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Osvaldo Llancafilo, finalizó su mandato en la Cámara de Diputados de la Nación y eligió despedirse con un mensaje profundamente personal. La presencia de sus padres en el recinto —un detalle inusual en las últimas jornadas parlamentarias— marcó el tono de una salida que combinó trayectoria, identidad y proyección.

“Es una emoción enorme que mamá y papá hayan estado conmigo hoy en el Congreso”, expresó el legislador, al destacar que cierra “una nueva etapa de vida” acompañado por Likg y Manuel, a quienes definió como los custodios de los valores que moldearon su formación: trabajo, compromiso y sentido común.

En su reflexión pública, Llancafilo volvió sobre sus raíces: “No venimos de una familia tradicional de la política”, señaló, reivindicando su origen en el barrio Don Bosco II de Neuquén capital, donde nació en 1975 y donde aún reside. A la ciudadanía también le dedicó un reconocimiento por el acompañamiento durante su gestión, afirmando que representar a Neuquén en “la ciudad de la furia” fue un honor que exigió responsabilidad y respeto por las diferencias.

Uno de los momentos que más destacó fue el recorrido de sus padres por la Cámara de Diputados, una postal que —según describió— lo llevó fuera de la coyuntura política hacia “lo verdaderamente esencial: la familia, ese lugar al que uno regresa cuando la tarea está cumplida”.

FOTO: El diputado junto a sus padres en el congreso

Balance de gestión y reconocimiento parlamentario
Durante los últimos dos años, Llancafilo adquirió un rol relevante en debates estratégicos del país. Fue actor clave en el capítulo hidrocarburífero de la Ley Bases, donde defendió el incremento de regalías del 12% al 15% por barril de petróleo. También intervino para garantizar la continuidad de la zona fría en la tarifa de gas y acompañó con firmeza iniciativas vinculadas a Discapacidad y el Hospital Garrahan.

Su desempeño obtuvo reconocimiento transversal en el Congreso, donde se lo calificó como un legislador de seriedad técnica y solvencia argumental, parte del grupo de diputados que contribuyó a sostener la gobernabilidad desde posiciones dialoguistas.

Además, mantuvo sintonía política con el gobernador Rolando Figueroa, lo que para algunos sectores anticipa posibles reacomodamientos internos. Su versatilidad en áreas de gestión, formación de equipos y articulación institucional lo posiciona como un dirigente con proyección aún abierta.

Aunque no existen definiciones oficiales sobre su futuro inmediato, diversas fuentes sugieren que podría integrarse al actual esquema provincial, sin dudas tiene garantizado el visto bueno de perfiles y estructuras que se identificaron con su conducción en la etapa anterior. Lo concreto, por ahora, es que su paso por Buenos Aires dejó una impresión positiva incluso entre referentes de otros espacios.

Llancafilo eligió despedirse sin estridencias, pero con un mensaje claro: “Gracias por el respeto y el acompañamiento. Abrazos a todos”. Su salida del Congreso cierra un capítulo, pero difícilmente marca un punto final.