TW_EMERGENCIAIGNEA1100X100

Cristina Kirchner insistió en que los cuadernos de las coimas son "truchos"

Para Cristina Kirchner, las nuevas pericias sobre los cuadernos “derrumban la validez de toda la investigación”

POLÍTICA / JUDICIALES

TW_EMERGENCIAIGNEA1100X100

cfk-.jpg_1120769264

Para Cristina Kirchner, a causa de los cuadernos de las coimas de 2018 “son truchos”. “No fueron escritos, fueron fabricados”, aseguró la expresidenta, en el medio del caso que la involucra como parte de una asociación ilícita destinada a recaudar esos sobornos.

El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi volvió a procesar al exsargento de la Policía Federal Jorge Bacigalupo, quien entregó la caja con los cuadernos presuntamente escritos por el chofer Oscar Centeno, y es señalado como el responsable de las modificaciones. Se lo acusa de manipular al menos dos de los cuadernos, donde los peritos detectaron tachaduras, cambios de nombres, direcciones corregidas y frases reescritas.

El expediente avanza con un embargo de $80 millones de los bienes de Bagicalupo, prohibición de salida del país y el análisis de sus dispositivos electrónicos para determinar desde qué herramienta hizo las alteraciones.

Fernández de Kirchner hizo una publicación este jueves en su cuenta personal de X, en la que apuntó contra el fiscal Stornelli y el fallecido juez Claudio Bonadio, a quienes acusa de haber impulsado la causa pese a que, según ella, los cuadernos ya estaban manipulados. También criticó el rol de los grandes medios al remarcar que “no publicaron una sola línea” sobre el nuevo procesamiento.

Según explicó, las adulteraciones derrumban la validez de toda la investigación y alimentan su argumento de persecución judicial. Para ella, la causa sigue abierta pese a que “está probado que los cuadernos que la originaron fueron adulterados, reescritos, dictados y tienen distintos tipos de escritura”.

 
Cómo empezó todo
La causa de los cuadernos se originó cuando el por entonces chofer del subsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, Oscar Centeno, habría registrado supuestos movimientos vinculados a pagos ilegales. Los cuadernos con todas las anotaciones terminaron en manos de Bacigalupo, quien luego las entregó al periodista de La Nación Diego Cabot y este al fiscal Carlos Stornelli. Hasta hoy, esos cuadernos son la piedra angular de un expediente que alcanzó a decenas de empresarios y exfuncionarios que declararon en calidad de arrepentidos.

Según la versión judicial, Bacigalupo recibió los cuadernos directamente de Centeno “para guardarlos”, aunque las pericias grafoscópicas y lingüísticas demostraron que él mismo intervino en los textos. Entre las modificaciones detectadas figuran cambios de nombres propios, correcciones de direcciones y enmiendas que alteran el sentido original de algunas entradas.