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Falleció Américo Capriolo, referente histórico del comercio neuquino

Economía en Neuquén

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El empresario neuquino Américo Capriolo, fundador de la firma comercial que lleva su apellido y uno de los nombres propios del desarrollo barrial en la capital provincial, falleció este miércoles a los 80 años, según confirmaron allegados y fuentes del ámbito mercantil local. Su muerte generó una inmediata reacción de pesar tanto en el sector comercial como en el barrio Limay, comunidad a la que permaneció vinculado durante más de cinco décadas.

Capriolo fue el impulsor de un modelo de comercio de proximidad que, desde sus orígenes en 1976 como una modesta despensa, se transformó en un establecimiento emblemático para varias generaciones de vecinos. Su trayectoria empresarial se consolidó a partir del esfuerzo familiar junto a su esposa, María del Carmen Palmes, con quienes edificó un negocio que creció de manera progresiva y sostenida, acompañando la expansión urbana de Neuquén.

Un pionero que eligió construir desde el territorio
Hijo de inmigrantes italianos y españoles, nacido en la localidad cordobesa de Villa Huidobro, Capriolo llegó a Neuquén en 1968, atraído por el dinamismo económico que imponían las grandes obras energéticas de la época, entre ellas el desarrollo de El Chocón. Su primera inserción laboral fue en el sector automotriz de la entonces IKA (hoy Renault) en Cipolletti, experiencia que le confirmó las oportunidades que la región ofrecía para emprender.

Tras regresar brevemente a Córdoba para casarse, volvió a Neuquén y –junto a Palmes– inició un proyecto comercial que, con el tiempo, sería ampliado “de a tramos”, según relató su hija Ana en una entrevista publicada meses atrás. La familia fue anexando terrenos, depósitos y áreas de estacionamiento conforme el negocio crecía, en una obra que se caracterizó por su ejecución paulatina y a pulmón.

Reconocimiento comunitario
La Comisión Vecinal del barrio Limay expresó un mensaje público de despedida destacando la decisión de Capriolo de permanecer y expandir su proyecto en el mismo territorio donde había comenzado:

“Limay despide a un pionero del barrio, un hombre visionario que eligió crecer sin abandonar su comunidad”, señalaron mediante un comunicado difundido en redes sociales.
El fallecimiento del comerciante deja una marca en la memoria colectiva del barrio y en la historia comercial neuquina, donde su apellido se convirtió en sinónimo de cercanía, constancia y arraigo.