
Nadia Márquez, senadora electa por La Libertad Avanza, suena para ocupar la Presidencia Provisional del Senado, el segundo lugar en la línea de sucesión después de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
El nombre de Márquez, abogada y pastora evangélica de Neuquén capital, crece en los pasillos del Congreso mientras Javier Milei refuerza su acercamiento al movimiento evangélico y busca consolidar su estructura legislativa rumbo al 2026.
Del Concejo Deliberante al centro del poder
Con 42 años, Márquez inició su carrera política en 2019 como concejal en Neuquén de la mano de Jorge Sobisch. En 2023 dio el salto al Congreso nacional como diputada dentro del bloque libertario, donde se convirtió en la vicejefa de bancada de Gabriel Bornoroni.
Hoy, tras ganar su banca en el Senado con el 35,6% de los votos, se encamina a ocupar uno de los cargos institucionales más relevantes del país.
La dirigente neuquina preside La Libertad Avanza en su provincia y es reconocida por su lealtad total al presidente Milei y por su militancia pro vida y conservadora.
Desde la Cámara baja impulsó proyectos vinculados a la educación confesional y se opuso a designaciones de perfil feminista. “Es absolutamente leal, trabajadora y muy comprometida”, definió Bornoroni.
El crecimiento del ala evangélica dentro del oficialismo se da en paralelo al contacto directo de Milei con líderes religiosos, como la reciente reunión con Franklin Graham, referente cercano a Donald Trump.
Márquez fue investigada por la presunta emisión de títulos falsos en institutos terciarios entre 1999 y 2004. Accedió a una probation y fue sobreseída en 2016, sin condena.
Hoy, con peso político propio, su nombre aparece en la lista corta para la sucesión institucional, un espacio que combina fe, poder y estrategia presidencial.






