
Vista Alegre atraviesa un proceso clave de planificación urbana. El municipio, junto a la provincia y diversas organizaciones locales, avanza en la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), una herramienta que busca equilibrar el desarrollo urbano con la preservación de las áreas productivas y los recursos naturales.
El proyecto, impulsado por el intendente José Asaad y acompañado por el COPADE, surge como respuesta al crecimiento acelerado que experimentó la localidad: en la última década, la población aumentó un 35%, mientras que la superficie urbana se expandió un 230% desde 2011. Esta expansión desordenada puso bajo presión al suelo productivo, generando tensiones entre la demanda habitacional y la actividad agrícola.
La subsecretaria del COPADE, Ana Servidio, explicó que el nuevo esquema “propone la preservación de todas las áreas productivas, sin ampliar los límites urbanos, y la creación de una zona de transición que permita ordenar los usos del suelo y consolidar los dos cascos existentes: Vista Alegre Norte y Vista Alegre Sur”.
El POT incluye una propuesta de zonificación y código urbano que busca garantizar un desarrollo equilibrado. El enfoque no es restrictivo, sino participativo: el documento se encuentra abierto al debate público y será perfeccionado junto a los vecinos, productores e instituciones antes de su tratamiento en el Concejo Deliberante.
Para su diseño se conformó una mesa de trabajo interdisciplinaria, con participación del municipio, el COPADE, la Secretaría de Producción e Industria, Recursos Hídricos, el Consorcio de Riego y la agrupación Productores Agremiados de Centenario y Vista Alegre (PACVA).
El objetivo es consolidar un modelo de crecimiento sostenible que resguarde la producción frutícola, preserve la calidad ambiental y del agua, y garantice respuestas habitacionales ante el impacto poblacional que genera el desarrollo de Vaca Muerta.
El plan también busca evitar la especulación inmobiliaria sobre las chacras productivas, proteger la infraestructura de riego y asegurar que las futuras urbanizaciones se desarrollen con criterios de sostenibilidad, servicios adecuados y respeto por el arraigo local.
Desde el COPADE remarcaron que esta planificación es una herramienta “para anticipar escenarios, prevenir conflictos de uso del suelo y asegurar que el crecimiento urbano no se imponga sobre la producción”.
El proyecto se financia a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI), gestionado por el Ministerio de Planificación, Innovación y Modernización, y se enmarca en una estrategia provincial más amplia de ordenamiento territorial en la zona de la Confluencia, donde el desarrollo energético y el crecimiento poblacional plantean nuevos desafíos para la gestión del territorio.






