El papa León XIV, bajo presión para levantar las restricciones de Francisco a la misa tridentina
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El cardenal Raymond Burke celebrará este sábado una misa tradicional en la Basílica de San Pedro, un gesto que reaviva el debate sobre la vigencia del antiguo rito en latín y la herencia litúrgica del pontificado argentino.
Roma.– El Vaticano será este sábado escenario de una misa que marcará un nuevo capítulo en la disputa entre los sectores tradicionalistas y progresistas de la Iglesia. El cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, uno de los líderes más influyentes del ala ultraconservadora, oficiará una misa según el rito tridentino en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, un hecho que no ocurría desde 2021, cuando el papa Francisco impuso severas restricciones a su celebración mediante el motu proprio Traditionis Custodes.
El permiso excepcional otorgado para esta ceremonia fue interpretado como un gesto de apertura del papa León XIV, quien asumió el pontificado en mayo de este año y busca equilibrar las tensiones internas heredadas. Para los sectores ultraconservadores, se trata de una victoria simbólica y una señal de esperanza para la restauración plena del antiguo rito.
La misa tridentina, establecida tras el Concilio de Trento (siglo XVI) y actualizada por Juan XXIII en 1962, fue liberalizada en 2007 por Benedicto XVI con el propósito de reconciliar a los grupos tradicionalistas, pero restringida en 2021 por Francisco, quien consideró que algunos sectores utilizaban ese formato como herramienta de resistencia al Concilio Vaticano II.
Con Traditionis Custodes, Francisco reafirmó que la “única forma” válida del rito romano es la establecida tras el Concilio y ordenó que toda misa en el antiguo rito requiera autorización episcopal. Su decisión generó una ruptura profunda con los defensores de la tradición litúrgica preconciliar.
Ahora, con la misa de Burke en el corazón del catolicismo, los sectores conservadores presionan al papa León XIV para que levante las restricciones y restablezca las disposiciones más flexibles de Benedicto XVI. Sin embargo, fuentes vaticanas aseguran que el nuevo pontífice mantiene la línea de unidad y continuidad institucional trazada por su antecesor.
“León XIV enfrenta el desafío de conciliar dos visiones opuestas de la Iglesia”, analizó el teólogo estadounidense Terence Sweeney en America Magazine, al advertir que el Papa deberá “trazar un camino intermedio entre la apertura litúrgica de Benedicto XVI y la disciplina pastoral de Francisco”.
Mientras tanto, el Vaticano observa en silencio el retorno del rito tridentino al altar mayor de su basílica más emblemática, un gesto cargado de simbolismo y de lecturas políticas dentro del catolicismo contemporáneo.






