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Los gobernadores se preparan para abrir una negociación con Milei tras las elecciones

Entre la expectativa y la cautela, los mandatarios provinciales buscan reconfigurar la relación con la Casa Rosada para discutir el Presupuesto 2026, la obra pública y la distribución de fondos.

Política

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A menos de una semana de las elecciones legislativas, los 23 gobernadores del país y el jefe de Gobierno porteño proyectan un escenario de negociación política con el presidente Javier Milei una vez concluido el proceso electoral. La meta: abrir la discusión sobre el Presupuesto 2026, reactivar obras públicas paralizadas y revisar el esquema de distribución de recursos federales, temas hoy trabados por la falta de acuerdos.

Pese a las diferencias partidarias, existe una coincidencia transversal: sin recomposición presupuestaria ni diálogo institucional, la gobernabilidad se vuelve incierta tanto a nivel nacional como en cada distrito.

Los mandatarios más proclives al diálogo pertenecen a los espacios radicales y del PRO, mientras que dentro del grupo Provincias Unidas, que nuclea seis gobiernos provinciales, predomina una postura opositora moderada, dispuesta a acompañar las leyes que beneficien al interior productivo.

Desde Casa Rosada, en tanto, confían en tender puentes con algunos gobernadores que mantuvieron un perfil bajo en el plano nacional y que podrían sumarse a futuras negociaciones después del 26 de octubre. No obstante, Milei mantiene su exigencia: apoyo a las reformas laboral y tributaria, dos pilares de su agenda económica.

Pese a los reclamos, el mandatario libertario —según su entorno— no se desviará de su plan inicial ni del compromiso asumido ante Donald Trump de sostener la disciplina fiscal y el rumbo del ajuste.

 
El rol de Provincias Unidas y el equilibrio regional
El bloque Provincias Unidas, integrado por Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz), reafirmó su intención de actuar como oposición constructiva y de impulsar la discusión presupuestaria en el Congreso.

El grupo, que recientemente expresó su respaldo a Florencio Randazzo en Buenos Aires y a Martín Lousteau en la Ciudad, busca consolidarse como una fuerza federal equilibrada con peso legislativo propio y proyección presidencial hacia 2027.

En ese esquema, Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro) mantienen su autonomía política, priorizando la gestión local y evitando la nacionalización de sus proyectos. Ambos son observados como figuras clave para un eventual nuevo mapa político del interior, especialmente ante el desgaste de la polarización Milei–peronismo.

 
Macri reaparece y reacomoda el tablero
En paralelo, Mauricio Macri volvió a escena como impulsor de un acuerdo amplio entre el PRO y sectores provinciales para facilitar la aprobación del Presupuesto y evitar una nueva parálisis legislativa. Su estrategia, sin embargo, genera recelo en la Casa Rosada, que recuerda la alianza circunstancial del balotaje de 2023 y teme un intento de cogobierno encubierto.

Mientras tanto, desde su descanso en Villa La Angostura, el expresidente insiste en conformar una mayoría parlamentaria antikirchnerista y en “transformar el ajuste en crecimiento”, en contraposición con el ala más federal que propone un modelo de desarrollo con autonomía provincial.

El futuro inmediato dependerá del resultado electoral y del margen político que Milei logre conservar para gobernar sin depender de acuerdos forzados. En la práctica, todos los gobernadores —aliados y opositores— parecen coincidir en una misma lectura: sin negociación, no hay gobernabilidad posible.

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