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Análisis | “Neuquén y el desafío de construir soberanía política desde el interior”

“Neuquén y el interior productivo reclaman un nuevo equilibrio en la representación nacional.”

OPINION Ale Carrupán

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El escenario político nacional, la confrontación entre oficialismo y oposición marca el pulso del Congreso, las voces que provienen de las provincias adquieren un peso cada vez más decisivo. El diputado nacional Osvaldo Llancafilo (Neuquén) tras la presentación del Presupuesto 2026 en la Cámara baja refleja con claridad esa tensión: el contraste entre la lógica centralista que domina las grandes urbes del país y el modelo provincialista que reclama reconocimiento y autonomía.

Llancafilo en una reciente entrevista, consideró positivo que en la última sesión se abordaran “los dos temas” relevantes del día, y dejó muy claro que los recientes reveses parlamentarios del Gobierno nacional fueron consecuencia de su “propia impericia”, un diagnóstico que, más allá del valor crítico, refleja la dificultad de la administración de Javier Milei para articular mayorías estables en el Congreso.

En paralelo, el legislador neuquino subrayó la gestión provincial de Rolando Figueroa de cara a las elecciones del 26 de octubre. Destacó avances en materia de infraestructuramás de 600 kilómetros de rutas proyectadas y 60.000 m² destinados a escuelas técnicas— y ponderó la implementación de las becas Gregorio Álvarez, que benefician a más de 20.000 estudiantes bajo criterios de asignación “objetivos”, a las que calificó como el programa educativo más importante de América Latina en su tipo.

La defensa del “provincialismo” es el eje de su discurso. Llancafilo sostuvo que la manda constitucional obliga a los diputados a representar a la ciudadanía y a los senadores a las provincias, lo que demanda un vínculo estrecho y real con los gobiernos locales, y el diputado mantiene un vínculo político estrecho con el gobernador, no olvidemos que hoy su banca neuquina proviene de un reemplazo a Figueroa cuando éste asume la gobernación. 

“No veo bien que los legisladores respondan a las conducciones en Buenos Aires, porque eso termina fortaleciendo un modelo centralista, pensado para Córdoba, Santa Fe y la propia Capital Federal, son los que el día de mañana, te traen votos para ser presidente, entonces es allí donde creo que el provincialismo, en este caso la Neuquinidad está bien”, defiende Osvaldo Llancafilo.

Acompañando explícitamente al gobernador Figueroa, cuando le preguntan como ve a Neuquén, Llancafilo responde: "Lo veo muy bien al Gobierno de Rolando Figueroa desde el punto de vista de optimizar los recursos, eso ha permitido poder comenzar a desarrollar obras que le corresponden al gobierno nacional"

Llancafilo aporta “razonabilidad” al debate legislativo nacional. En su visión, camino a las próximas elecciones, indica; "los modelos provinciales deben ser puestos en valor por la ciudadanía, en tanto garantes de equilibrio frente a la tentación de un centralismo que históricamente ha marginado a las regiones periféricas".

La discusión trasciende la coyuntura.

 ¿Pueden las provincias construir proyectos sostenibles sin quedar subordinadas a un Estado nacional que concentra poder, decisiones estratégicas y recursos fiscales? Neuquén, con su peso energético, productivo y educativo, parece decidido a intentarlo, proyectando su propia identidad en "La Neuquinidad",  hacia un escenario nacional donde empiezan a resonar también otras propuestas, como “Provincias Unidas”, un reordenamiento político que interpela al mapa institucional argentino, inmerso en su gran mayoria antagonista en Liberal y Kirschnerismo.

El desafío no es menor: lo que se dirime es si el futuro de la Argentina se cimentará en la hegemonía de las grandes ciudades o en la fortaleza de un federalismo real, capaz de integrar a las provincias como actores plenos de decisión y desarrollo. Lo cierto es que distintos sectores políticos ya insinúan un giro discursivo hacia posiciones más federales, alejándose de la histórica subordinación a la lógica porteña, por eso es tan importante esta próxima elección.

El 26 de octubre, la Argentina tiene la oportunidad de redefinir su equilibrio político

Apostar por representantes comprometidos con las necesidades de sus provincias podría abrir el camino hacia un federalismo auténtico, capaz de corregir asimetrías y consolidar un modelo más justo de desarrollo nacional.

De lo contrario, la Argentina seguirá prisionera de un centralismo que, aunque eficaz en la concentración del poder, es incapaz de expresar la diversidad territorial y atender los desafíos reales del interior. Esa es la disyuntiva que marcará no solo un resultado electoral, sino también el rumbo político del país en los próximos años.

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