Milei y su agenda internacional, viaja a ver a Fátima Florez a Las Vegas

El presidente Javier Milei confirmó un nuevo viaje a Estados Unidos, esta vez a Las Vegas, donde asistirá a un show de Fátima Florez, su expareja, en medio de un escenario interno marcado por denuncias de coimas, la disparada del dólar y una campaña electoral que se encuentra en retroceso tras la dura derrota en Corrientes.

En la Casa Rosada la noticia generó sorpresa y desconcierto, dado que la visita se concretará a días de las elecciones bonaerenses, consideradas clave para el futuro político inmediato. En ausencia del mandatario, la conducción del Poder Ejecutivo quedará a cargo de la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien Milei mantiene una relación tirante y a la que responsabilizó públicamente por la corrida cambiaria de fines de julio.

El viaje a Nevada será el undécimo del jefe de Estado a Estados Unidos desde su asunción. Para mitigar las críticas internas y evitar que se perciba como un desplazamiento meramente recreativo, el Gobierno intentó organizar una bilateral con Donald Trump, objetivo que la diplomacia argentina persigue sin éxito desde enero. A pocas horas de la partida, esa reunión aún no fue confirmada.

El traslado se realizará en el avión presidencial, con un costo estimado entre 300 mil y 500 mil dólares. Milei tendrá acceso a ubicación preferencial en el Hotel Sahara, un icónico casino de la ciudad, donde se presentará Florez.

Mientras tanto, la incertidumbre política y económica se intensifica. La caída de La Libertad Avanza al cuarto lugar en Corrientes encendió alarmas dentro de la estrategia oficialista, que observa con creciente inquietud la posibilidad de un traspié en territorio bonaerense.

En Las Vegas, el viaje presidencial no pasará inadvertido. La alcaldesa Shelley Berkley celebró la llegada de Milei, en un gesto de promoción local que ya generó comentarios. Berkley, excongresista demócrata, estuvo bajo investigación en 2012 por presunto uso indebido de su cargo en beneficio de una clínica vinculada a su familia.

El contraste entre la gravedad de la situación nacional y la agenda personal del mandatario se convierte, así, en un nuevo capítulo de tensión política, con el oficialismo intentando justificar una decisión que, puertas adentro, muchos consideran inoportuna.