Milei se atrinchera en Olivos: cena política para blindar sus vetos frente al avance opositor

En un clima de creciente tensión legislativa, el presidente Javier Milei reunió anoche en la quinta de Olivos a Martín Menem, varios diputados de La Libertad Avanza y aliados estratégicos, con un objetivo claro: evitar que la oposición alcance los dos tercios necesarios para derribar sus vetos más sensibles.

La cita, organizada con estricto hermetismo y sin filtraciones hasta último momento, fue una movida quirúrgica en el tablero político. Allí, el mandatario buscó afianzar respaldos frente a leyes que amenazan su programa económico: la moratoria previsional, el aumento para jubilados y la emergencia en discapacidad. También estuvieron sobre la mesa otros proyectos que ya recibieron media sanción, como el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.

Entre los invitados se destacaron figuras clave del PRO, pieza fundamental de la alianza electoral que sostiene a Milei en el Congreso. Cristian Ritondo, jefe del bloque amarillo en Diputados, llegó acompañado por Silvana Giudici, una de sus legisladoras más combativas. Desde ese sector dejaron en claro que la reunión apuntó a fortalecer el mensaje oficialista en los medios y reforzar la narrativa del “déficit cero” como hoja de ruta innegociable.

El plan presidencial va más allá de un simple blindaje: Milei busca definir una estrategia parlamentaria que le permita resistir hasta diciembre, cuando se producirá el recambio legislativo. Mañana mismo, en comisiones, se debatirá el reparto del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) provenientes del impuesto a los combustibles líquidos, ya aprobado en el Senado y que amenaza con convertirse en otro foco de conflicto.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, dejó abierta la puerta a judicializar cualquier intento de la oposición por voltear los vetos. “Si no podemos sostenerlos en el Congreso, no dudaremos en acudir a la Justicia”, advirtió en declaraciones televisivas.

Milei sabe que el pulso político de las próximas semanas definirá no solo el rumbo de su gobierno, sino también su capacidad para sostener el equilibrio fiscal frente a un Parlamento cada vez más dispuesto a desafiarlo.