Vialidad Provincial en Neuquén: Un Abandono Inaceptable a la Ruta Provincial 20

No es un secreto para nadie en nuestra querido valle del Picún Leufú, la deplorable condición en la que se encuentra la Ruta Nº 20, un nexo vital que conecta el este con el oeste-sur de la provincia y enlaza con las principales rutas N° 40 y N° 237. Cada día, los ciudadanos, quienes cumplen con su deber cívico de pagar impuestos, ciudadanos de bien y con los mismos derechos que otro de alguna ciudad, enfrentan la frustración y los peligros de un camino en estado de abandono.

Las preguntas son claras y apremiantes: ¿Dónde están las máquinas? ¿Qué sucede con el presupuesto asignado para su mantenimiento?

La realidad es una bofetada a la cara de todos los que dependen de esta carretera para acceder a servicios médicos, realizar trámites, trabajar, estudiar, enseñar y más. La Ruta Nº 20 no es simplemente una vía de comunicación; es una arteria vital para la vida económica y social de nuestros vecinos.

Piedras, zanjas, huellones, serruchos, badenes, pozos: estas no son las características de una carretera en una provincia próspera y avanzada. Son los símbolos del abandono y la negligencia mientras persistan estos problemas, la última vez que esta ruta fue enripiada fue hace más de ocho años, y eso solo para un tramo de cinco kilómetros.

La presencia de animales sueltos y la falta de visibilidad hacia las banquinas aumenta el peligro, convirtiendo cada viaje en una ruleta rusa, en tramos que son más una huella que una ruta.

¿Dónde está la responsabilidad de nuestras autoridades? Es hora de que los encargados de las entidades estatales públicas relacionadas con la resolución de este tema específico, asuman su compromiso. La indiferencia y la falta de acción son inexcusables.

Este no es un llamado a la acción por un lujo o una comodidad; es un grito desesperado por una necesidad básica y fundamental. La Ruta Nº 20 no puede seguir siendo una huella sin visibilidad, un camino encajonado y peligroso. Es una vergüenza y una afrenta a todos los pobladores de este valle, neuquinos de bien que trabajan duro y contribuyen a nuestra provincia.

Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para que atiendan esta situación con la seriedad y la diligencia que merece.

No se trata de política, sino de humanidad, de dignidad y de respeto por los derechos y necesidades básicas como tener conectividad en condiciones de transitabilidad, que permitan a los que la usan dejar de ser rehén de la negligencia de unos pocos.

Paso Aguerre y sus vecinos merecen mejor ruta Nº 20. Es hora de actuar.